*Lectura de dos minutos (To read in English, click here)
Tuve una serie de problemas de plomería en mi casa durante los meses pasados, como tuberías subterráneas obstruidas y problemas de excavación en el patio. Varios técnicos visitaron mi casa, y cada vez me hicieron algún tipo de pregunta sobre si estoy casada o si hay un “hombre de la casa”. Cuando respondo que soy una mujer soltera con tres hijos, parece que la conversación cambia.
Hay un cambio en ambos lados.
El representante comienza a cambiar su vocabulario y, a menudo, parece volverse un poco menos transparente sobre lo que puede estar pasando con mi sistema de tuberías.
Yo también cambio a un modo defensivo y empiezo a asumir que ellos piensan que no tengo idea ni comprendo lo que me están diciendo o sobre cuánto dinero podría costar la reparación.
Ambos tenemos prejuicios que traemos a la conversación que comienzan a brillar intensamente cuando se hace esa pregunta.
Es cierto que no sé mucho sobre plomería ni de mantenimiento del hogar en general. Sin embargo, soy ingeniosa y le pregunto a amigos que sí tienen conocimientos, además de hacer algunas investigaciones en Google. Independientemente, la conversación no debería cambiar simplemente porque soy mujer y vive un hombre en casa. Tampoco debería cambiar porque asumo que el técnico cree que no tengo idea de lo que está sucediendo con el suministro de agua y las tuberías de mi casa. Ambos son ejemplos de prejuicios inconscientes que nublan nuestra interacción con poca o ninguna prueba para verificar estas creencias.
La suposición general de que las mujeres no están bien instruidas sobre la plomería (y en ese caso, que todos los hombres sí lo están) es falsa. Además, la suposición de que todos los técnicos de servicio están tratando de aprovecharse de la situación es falsa. Estas son ideas que recibimos a través de diversas formas en los principales medios de comunicación y, probablemente, incluso en muchos de nuestros hogares cuando somos niños. Nuevamente, ambas suposiciones son falsas.
La mayoría de las imágenes de técnicos de servicio del sector de los oficios en los principales programas de televisión y en películas son masculinas. Pocas veces muestran imágenes de mujeres que prestan servicios en oficios, a menos que tal vez estén cometiendo errores al hacerlo.
Estas fuentes principales también presentan una imagen de técnicos de servicio que aumentan los precios y tratan de agregar trabajos cuando no siempre son necesarios. Y en mi experiencia, mi madre no estaba bien instruida en la reparación o el mantenimiento del hogar. Se consideraba un trabajo de “hombres”. Y casi siempre se alejaba sintiéndose que se aprovecharon de ella o infeliz de alguna manera.
Todas estas cosas me crearon un prejuicio inconsciente del técnico de servicio que intenta aprovecharse de la situación y que, como mujer, no sé mucho de plomería.
Estos prejuicios inconscientes son como detonadores en nuestro cerebro que vinculan una cosa con otra antes de que podamos siquiera pensarlo mucho.
Ocurren de forma espontánea e inconsciente. Para combatirlos o cambiarlos, debemos detenernos, pensar y luego responder en vez de reaccionar en el momento. Una reacción suele ser muy rápida y sin pensarlo mucho y, a menudo, puede parecer negativa o incluso agresiva. Una respuesta, por el contrario, es reflexiva, tranquila y no amenazante.
También es importante tener en cuenta que todos tenemos prejuicios inconscientes. Son ineludibles. No hay justificación para sentir culpa o vergüenza de que existan. Sin embargo, usted tiene el control para no actuar sobre estos prejuicios. Como se indicó anteriormente, si puede hacer una pausa y responder en vez de reaccionar en el momento, su prejuicio inconsciente no tiene por qué ser el principal responsable de su toma de decisiones.
Traté de adoptar este enfoque de responder en lugar de reaccionar con el quinto técnico que estuvo en mi casa esta semana. Intencionalmente permanecí abierta a todo lo que él presentó e hice todo lo posible para no dejar que mi prejuicio inconsciente volviera a levantar su fea cabeza.
Volvió a surgir la conversación acerca de mi soltería y que ningún hombre adulto vive en mi casa. Sin embargo, mantuve firmemente mi posición como mujer fuerte, hablé con confianza sobre las cosas que entendía e hice preguntas cuando no estaba segura. Fui vulnerable, honesta y le di al técnico el beneficio de la duda de que estaba tratando de ayudar a resolver mi problema de la manera más rentable posible. Me retribuyó con una interacción encantadora, no me cobró nada adicional (cuando técnicamente podría haberme cobrado otros $200) y, finalmente, puedo usar mi lavadora de nuevo.
¡Dejemos correr el agua y respondamos en lugar de reaccionar buscando ganar!
Stevie Cromer es la Directora de Enriquecimiento Cultural de LUNA Language Services. Stevie proporciona regularmente contenido atractivo al equipo de LUNA para fomentar una cultura de cuidado dentro de nuestra propia familia en LUNA. Para obtener más sugerencias y recursos sobre cómo puede construir una cultura de cuidado en toda su organización, comuníquese con Stevie en stevie@LUNA360.com.