*Lectura de dos minutos (To read in English, click here)
He estado luchando con lo desconocido.
Se desconoce por cuánto tiempo vamos a vivir con una orden de quedarse en casa. ¿Cuánto tiempo tendré que extrañar tantas de las amables sonrisas y bromas de mis compañeros de trabajo? ¿Cuánto tiempo tendré que usar una máscara fuera de mi casa? ¿Cuánto tiempo viviré con miedo de que alguien a quien amo se infecte y enferme con el coronavirus?
¿Estamos encarando otras cuantas semanas, meses o más?
No lo sabemos. La realidad es que nadie lo sabe. La información y los datos todavía cambian con frecuencia y realmente no hay una forma clara de saber o predecir cuándo la vida comenzará a parecerse a algo similar a lo que conocíamos a principios del 2020.
Y lo desconocido puede ser un lugar difícil y aterrador para mí, y sé que para muchos de ustedes también.
Debido a traumas pasados en mi vida, la sensación de lo desconocido y la inestabilidad me crean una sensación increíblemente desconcertante en la boca del estómago. Comienzo a dudar de mí misma y a permitir que otras personas y cosas ocupen demasiado espacio en mi cerebro y demasiada energía en mi corazón.
Cuando me siento inestable, puedo retomar viejos patrones de comportamiento que me ayudaron a sobrevivir en esos tiempos difíciles en mi pasado. Pero son patrones de comportamiento que ya no me funcionan bien.
Eran patrones y comportamientos de supervivencia.
Comportamientos como distraerme para evitar conflictos, ignorar la realidad de lo que estaba frente a mí en lugar de intentar cambiar, o simplemente aferrarme a la vida hasta que las cosas pasarán.
Pero ya no quiero simplemente sobrevivir. ¡Quiero prosperar! Quiero salir más fuerte, más sabia y amable. Estos objetivos requieren más de mí que simples comportamientos para sobrevivir.
He trabajado increíblemente duro para cambiar esos viejos patrones y no quiero retroceder. Y desafortunadamente, me sorprendí retrocediendo a veces en las últimas semanas.
Me he sentido ansiosa. Asustada. Dudosa. Insegura. Y cuando esos sentimientos golpean, podría desconectarme o aislarme. Ahogar mis penas en algunos carbohidratos o pasar un día en el sofá. ¡O todo lo anterior!.
La mejor opción cuando me encuentro retrocediendo es decidir nombrar lo que siento. Me detengo y reflexiono tratando de identificar lo que realmente estoy sintiendo y luego cambio de dirección.
Entonces, si estoy consumida por pensamientos abrumadores y ansiosos acerca de los trabajadores esenciales que valientemente siguen saliendo a la comunidad todos los días, me detengo y recuerdo que son sabios. Muy sabios. Y que toman las medidas necesarias para su salud y seguridad para cuidar simultáneamente a sus comunidades y mantenerse lo más a salvo posible de la exposición al coronavirus.
Si me preocupo por aquellos de nosotros que trabajamos simultáneamente mientras enseñamos y criamos niños en casa, recuerdo que somos capaces y pacientes. Me recuerdo a mí misma que todo lo necesario para salir adelante en este tiempo como padres ya está dentro de nosotros y simplemente tenemos que permitirle el espacio de brillar, eclipsar y superar las expectativas de los demás.
Si me siento desanimada por aquellos de nosotros que luchan con nuestra salud mental, pienso en todas las herramientas disponibles para ayudarnos a enfrentar y navegar esta experiencia surrealista de una manera saludable y positiva. Herramientas como Be Well Indiana y Mental Health America.
Si me siento triste por aquellos de nosotros que nos sentimos aislados y solos porque nuestros entornos han cambiado drásticamente en las últimas semanas y nuestros apoyos sociales han desaparecido, recuerdo que esta es una oportunidad para conectarnos con otras personas y con nosotros mismos de maneras nuevas y únicas.
Entonces, tal vez mi miedo y angustia, ese hoyo en mi estómago, durante tiempos de incertidumbre no se trata realmente de lo desconocido y la incertidumbre de lo que nos espera.
Tal vez mi incomodidad no se trata de no saber cuándo volverá la vida a algún tipo de normalidad.
Tal vez mi miedo es en realidad mi disminución de la confianza en mí misma. Una creencia cada vez menor en mí misma de que cualquier cosa que me depare la vida en el futuro o la próxima vez que tenga un día desafiante no podré recuperarme tan bien como podría esperar.
Si puedo tomarme unos minutos para detenerme y recordar mi viaje hasta ahora en lo que llamamos vida, tengo todas las pruebas que necesito para recordar que eso simplemente no es cierto. He superado todos los días de mi vida hasta ahora y todavía estoy aquí para hablar de eso. Las probabilidades están a mi favor de que también superaré cualquier cosa que se me presente. Tengo que creer y confiar en mí misma lo suficiente como para saber que esa es mi verdad.
Ese es mi trabajo principal. Hoy y siempre. Confiar en mí misma. Creer en mí misma.
Saber que gran parte de mi vida es un resultado directo de las elecciones que hago. Puedo elegir vivir en la incertidumbre de lo desconocido. O puedo elegir confiar y creer que, sea lo que sea que me depare, no solo sobreviviré, sino que creceré y prosperaré como resultado.
Hagamos elecciones sabias. Creemos y sigamos patrones de comportamiento saludables y positivos que nos funcionen bien hoy y en el futuro. Lo haré si ustedes lo hacen. ¿Quién está conmigo?
Stevie Cromer es la Directora de Enriquecimiento Cultural de LUNA Language Services. Stevie proporciona regularmente contenido atractivo al equipo de LUNA para fomentar una cultura de cuidado dentro de nuestra propia familia en LUNA. Para obtener más sugerencias y recursos sobre cómo puede construir una cultura de cuidado en toda su organización, comuníquese con Stevie en stevie@LUNA360.com.