*Lectura de tres minutos (To read in English, click here)
¡La ansiedad apesta! Puede acelerar mi corazón y crear una sensación horrible en la boca de mi estómago y a veces incluso mi cuerpo empieza a temblar. En ocasiones también mi respiración se vuelve tan laboriosa que me hace sentir como que no puedo respirar.
Y desafortunadamente, mi ansiedad ha sido dura de controlar en los últimos meses. Entre las injusticias raciales, la pandemia del COVID, y las tensiones normales de la vida, me ha vencido con más frecuencia de la que quisiera admitir.
Estos sentimientos de ansiedad aparecen frecuentemente cuando el estrés se apropia de nuestra amígdala.
La amígdala es una parte de nuestro cerebro que nos ayuda a regular las emociones. Le da sentido a nuestras emociones y recuerdos y ayuda a nuestro cerebro a recordar cómo nos sentimos y como respondimos a esas emociones y recuerdos en el momento que ocurrieron.
Experimenté el secuestro de mi amígdala la semana pasada cuando tuve que manejar por una zona de la ciudad que asocio con una experiencia traumática de mi vida. El simple hecho de conducir a través de esta área puede provocar sentimientos negativos y crear una tonelada de ansiedad en mí. Al acercarme a la zona, sentí que mi corazón comenzó a acelerarse y mi respiración se tornó más laboriosa a medida que mi cerebro se disparaba. Vino muy rápido y tuvo el poder de derrumbarme porque los sensaciones fueron muy fuertes.
En un intento de volver a tomar control de mí misma, me pregunté si realmente estaba en peligro o si esto era mi cerebro respondiendo por hábito a los eventos del pasado. Afortunadamente era esto último. No había ninguna amenaza inmediata ni persona o lugar que me estresará en ninguna parte que yo pudiera percibir. No había ninguna razón legítima para que mis niveles de ansiedad subieran y crearan este sentimiento.
Una vez que identifiqué que esto era una respuesta habitual y no una reacción a un verdadero temor, pude convencerme a mí misma de bajar los decibeles antes de entrar en una espiral de pensamientos realmente negativos.
No fue de ninguna manera fácil. Pero al mismo tiempo fue mucho mejor que la alternativa de tener que aparcar al lado del camino sintiéndome fuera de control. En ese momento tuve la opción de intentar volver a tomar control de mis pensamientos y emociones o de zambullirme de cabeza en el abismo de la ansiedad que me estaba enviando una invitación. Y, créanme, me he levantado de ese abismo muchas, muchas veces. Me llevó mucho tiempo el darme cuenta que es un lugar al cual tengo la opción de entrar o no.
Cuando se experimenta el secuestro de la amígdala, el determinar si verdaderamente se está en peligro en ese momento, o si su cuerpo y su mente simplemente están reaccionando por hábito a eventos que en el pasado han causado tensión es algo crítico. Pero sé también que no siempre es posible. A veces nuestros cerebros simplemente no funcionan en la forma que deseamos y necesitamos para poder seguir. Sencillamente es muy duro realmente el aclarar nuestra cabeza lo suficiente como para tener un diálogo interno y determinar la legitimidad de cualquiera que sea el sentimiento que está apareciendo. De manera que, puede ser de ayuda tener algunas herramientas en el bolsillo de atrás, algo así como una salida de emergencia, como la técnica de la Respiración de la caja.
La técnica de la Respiración de la caja comienza imaginando los cuatro lados de una caja. Al avanzar por la línea superior de la caja se respira hondo. Luego mientras se baja por el costado derecho de la caja hay que aguantar la respiración. Al recorrer a lo largo de la línea inferior, se debe exhalar el aire y luego continuar aguantándolo mientras se recorre el lado izquierdo de la caja. Hagan sus respiraciones intencionalmente largas.
¡Inhalen lo bueno, exhalen lo malo!
Muy parecido a un extinguidor de fuego, intencionalmente, la respiración profunda puede ayudar a apagar las llamas del fuego de la ansiedad en nuestra amígdala. La respiración profunda intencional, calma nuestro sistema y ayuda a recuperar el control del latido del corazón y del cuerpo. Puede ayudar a retomar el control de los sentimientos de ansiedad si se está mentalmente incapacitado por uno mismo para atravesar la verdadera presión que pueda o no estar presente.
Stevie Cromer es la Directora de Enriquecimiento Cultural de LUNA Language Services. Stevie proporciona regularmente contenido atractivo al equipo de LUNA para fomentar una cultura de cuidado dentro de nuestra propia familia en LUNA. Para obtener más sugerencias y recursos sobre cómo puede construir una cultura de cuidado en toda su organización, comuníquese con Stevie en stevie@LUNA360.com.