*Lectura de dos minutos (To read in English, click here)
Por lo general, mi proceso para escribir mis blogs implica una idea o un tema que se me ocurre en algún momento al principio de la semana de trabajo, con frecuencia, el martes. Sigo pensando en las ideas hasta que, finalmente, empiezo a escribir algo el jueves. Luego lo reviso y refino el viernes en la mañana, lo envío al personal de LUNA el viernes en la tarde y se publica en nuestro sitio web la semana siguiente.
El proceso suele ser bastante orgánico y el enfoque de mi escritura, a menudo, es el resultado de algo que sigue apareciendo en mis pensamientos. Con frecuencia, pienso en ello como si un mensaje me golpeara la cabeza, lo que significa que necesito compartirlo con los demás.
Pero esta semana, no me venía nada a la mente. Esta mañana, pasé un rato tratando de elaborar algún tipo de conexión con algo y todo parecía falso. La falta de sinceridad es lo último que quiero ver en mi escritura.
Esta semana mi mente ha estado bastante consumida por la vida. Tanto en el trabajo como en lo personal, ha habido factores estresantes y he estado absorta en mis pensamientos. No he encontrado la oportunidad para que una idea o tema se desarrolle para mi escritura. Nada ha salido a relucir como suele suceder.
Sin embargo, me di cuenta de que tampoco le había dado la oportunidad de que lo hiciera. He estado tan consumida por el estrés y solucionando problemas que no me he tomado el tiempo para pensar. Para ser. Para soñar.
Lo cual es un buen recordatorio de que las cosas pocas veces suceden sin más. Y las cosas que simplemente suceden, con frecuencia, no son las más significativas o impactantes.
Somos responsables de brindar o crear oportunidades para que las cosas sucedan.
A menudo, creamos hábitos que nos llevan a pensar que nuestros comportamientos son automáticos pero, en realidad, no lo son. El comportamiento se creó inicialmente a través de nuestra propia capacidad de ofrecer un espacio.
Mi terapeuta una vez me contó una historia sobre cómo conoció a su esposo. Fue una de las últimas de su grupo de amigas en encontrar pareja y tuvo problemas para conseguir una relación romántica y significativa. Su terapeuta le dijo que probablemente esto se debía a que no estaba dejando un espacio para nadie en su vida. Entonces, decidió limpiar su garaje para abrir un espacio para que cupieran dos vehículos, en vez de estacionarse de un lado y usar el otro lado para guardar cosas. Literalmente, despejó el segundo espacio de su garaje, dejando suficiente espacio para que cupiera otro vehículo. Unas semanas después, conoció al hombre con el que se casaría más adelante.
Es una historia linda y cursi. Y si tuvo o no algo que ver con la forma de conocer a su esposo, nadie lo sabrá jamás. Pero muestra la idea de crear un espacio y me gusta recordarlo cuando necesito crear espacios para las cosas de mi vida.
Creo que estaba demasiado cerrada esta semana como para dejar que surgieran ideas para mi escritura. Pero cuando me di cuenta de lo que estaba sucediendo, realmente pude reflexionar y escribir sobre la importancia de crear espacios. ¡Y así surgió este blog!
Stevie Cromer es la Directora de Enriquecimiento Cultural de LUNA Language Services. Stevie proporciona regularmente contenido atractivo al equipo de LUNA para fomentar una cultura de cuidado dentro de nuestra propia familia en LUNA. Para obtener más sugerencias y recursos sobre cómo puede construir una cultura de cuidado en toda su organización, comuníquese con Stevie en stevie@LUNA360.com.